Todos los
cuerpos están compuestos por los cuatro elementos de tierra, agua, aire y
fuego.
Cuando todos ellos se juntan y forman un cuerpo decimos que es un varón,
una mujer, poniéndole nombres y así, para que podamos identificarlos a unos y a
otros con más facilidad.
Pero en realidad no hay nadie allí – sólo tierra,
agua, aire y fuego. No nos sintamos excitados en demasía ni engreídos por ello. Si
lo miramos realmente con profundidad, no hallaremos a nadie allí.