Observa
si hay contradicción entre lo que dices, lo que piensas y lo que haces.
No
perpetúes tus autoengaños.
Desnúdalos
y explícate a ti mismo las dos versiones, no la de siempre.
Cuestiónate
a ti mismo.
Sé
sincero, ámate y respétate.
Escucha
bien a tu alma.